Posada Magoria - Ansó, Huesca

Pedro D.

Los conozco hace 37 años y me parece un lugar para quedarse, todos son buenos recuerdos he visto a sus hijos desde que eran pequeños, ahora que ya son mayores, a fecha de hoy, hay que darse prisa por disfrutar de Magoria pues creo que le quedan pocos años, para jubilarse a Teresa.| Una mujer encantadora, a su lado trasmite paz y tranquilidad, el creador de la posada Enrique un personaje único lleno de vida y de experiencias, junto con sus tres hijos.

Raquel A.

Las habitaciones son monísimas y dan al exterior. Te dejaban una manta por si eres friolero aunque no nos hizo falta.
Toda la casa está decorada con muchas antigüedades muy bonitas.
Tomamos el desayuno vegano en el jardín junto al río, una paz inmensa.
Desde el parking de turistas se llega directo y muy rápido a pesar de estar dentro del pueblo.

Ruben F.

Un edificio que te traslada a otra época, en un entorno idílico como es Ansó.
Poder llevar a tu mascota y disfrutar del entorno.
El desayuno, inmejorable. Riquísimo y si lo consumes en el jardín con las vistas del valle y las montañas, todavía mejor.

Berti B.

Edificio situado en la parte alta del pueblo. Bien aclimatado y atendido particularmente por los dueños que te dan la llave para que estes a tu gusto. Solo le he encontrado 2 aspectos a conocer : 1. Demasiadas escaleras estrechas para acceder a pisos y a la habitación (cuestión de construcción del caserón ) 2. Que el desayuno sea solo vegano que podrían ampliarlo a mediterraneo. Por lo demás gente amable y dispuesta. Muy bien aclimatada para el frío (estuvimos a bajo cero y no se notó) , lo cual tiene mérito para ser casa antigua.Gracias. Una experiencia agradable. La primera visita a Ansó.

Carlos L.

Ansó es un pueblo muy bonito y acogedor. Típico de montaña, las casas son todas de piedra y madera. Tiene un tamaño suficiente para tener varios bares, restaurantes, tienda y panadería, pero un tamaño fácil de manejar en poco tiempo.
La posada Magoria es bonita y su gerente muy amable, pero nos han dado una habitación minúscula (la más pequeña en la que he estado desde hace años). Cómo era sólo para dos noches y dos personas, nos hemos arreglado.
Es una casa de montaña, antigua y con todo escaleras. Se oye casi todo de una habitación a otra, pero bueno, en las casas de madera es lo habitual.

Olga

Excelente ubicación , el trato de los gerentes también pero es cierto que se oye todo de las habitaciones de al lado . Además el desayuno aunque se supone que es buffet te da cierto apuro porqué te lo controlan ellos y aunque no te dicen que no , yo hubiera preferido tener la libertad de poder cogerlo por mi misma . Eso me ha cohibido un poco y a mi marido también .

Es lo único que cambiaria , sentirte libre para poder coger lo que quieras ..

loli L.

La casa parece sacada de un cuento y hasta los ruidos propios de la madera resultan envolventes. Muy buen aislamiento térmico que nos hizo sentir muy cómodos. La habitación y el baño correctos aunque las camas algo duras, pero todo depende de gustos... Buena limpieza. Los desayunos completos y las cenas deliciosas. De todo se podía repetir. Para nosotros fue un alivio que todo fuera vegano y elaborado en su cocina. A destacar el pan que hacen ellos mismos y la presentación de los platos así como la vajilla. El hecho de compartir la mesa con los otros huéspedes fue muy enriquecedor. El trato de los propietarios insuperable, muy amables y tranquilos. El hablar con Enrique siempre nos proyectaba bienestar y una gran sonrisa. Las rutas que nos explicó fueron idílicas. Volveremos seguro. Gracias Teresa y Enrique por tener las cosas claras

MAR G. N.

Todo fantástico, el desayuno con un yogurt de soja que elaboran ellos mismos qué estaba buenísimo con su muesli recién tostado. Las cenas con las verduras de su huerto, abundantes y buenísimas. Las habitaciones con encanto. Un jardín con vistas a la montaña que te invita a relajarte. Los propietarios encantadores mi hermana se encontró mal y le preparo una sopa de miso que le fue de maravilla. En fin un 10. Para repetir, sin duda.